lunes, 19 de enero de 2009

AGRADECIMIENTO

Hace unos meses Bleuge publicó una entrada en su blog con un vídeo de youtube. Me gusta más cuando escribe ;-) pero en esta ocasión la entrada me ha hecho adicta a un cantante que antes no sabía ni que existía: Antony Hegarty, y su grupo Antony and the Johnsons. Me enganché a la primera y ahora ya no recuerdo cómo era mi vida musical antes de conocer esta voz alucinante. He enganchado a parte de mi entorno también. No sólo me parece un genio, está claro que sabe rodearse de gente igual de genial porque el vídeo que colgó Bleuge, el de Cripple and the Starfish, debe ser el vídeo más triste jamás rodado. Así que gracias, b*.

EL PROGRAMA QUE VERÍA

Cuando de uvas a peras veo a mis amigos I+J siempre me río muchísimo, sea el tema que sea. La última vez, allá por noviembre, estuvimos hablando entre otras cosas de la mierda que dan en la tele y de la falta de pudor de los programas de cotilleos y "de sillitas" (esos en los que la gente cuenta que engañó al marido con el butanero, etc.), y J tuvo una idea brillante para un programa de televisión. A mí al menos me lo pareció. Como él no tiene blog (que yo sepa), antes de que se me olvide su idea aquí la pongo a disposición de cualquier cadena de tele que quiera animarse a hacer algo diferente (y hacerle rico de paso), y para acordarme y reírme cuando tenga el día tonto. Puedo asegurar que yo vería un programa así, como un soplo de aire fresco entre tanta historia casposa de baronesas, trepas, pseudoperiodistas y demás morralla:

Nombre del programa: "NO queremos saber"
Sinopsis: a un plató con sillas se invita a toda esa gente que se muere por contar sus trapos sucios. Cada vez que sale un invitado y hace ademán de contar sus historias, el público le abuchea y el presentador le echa la bronca por no tener ni la más mínima dignidad. Al final el invitado se va sin sacar los trapos sucios de alguno de sus pobres parientes o amigos.

Ejemplo de cómo sería el programa:

Presentador: y ahora, desde Villabotijos de Arriba, Obdulia viene a contarnos algo que lleva años callándose... ¡Adelante, Obdulia!

(Aplausos; entra Obdulia y se sienta)

Presentador: ¿Y bien, Obdulia? ¿Qué te trae a nuestro programa?

Obdulia: pues verás, majo, llevo años queriendo contarlo. La bruja de mi hermana y yo nos peleamos hace veinte años porque ella me quitó a mi novio Tobías en la verbena del pueblo, y se casó con él, y ahora que ha enviudado vengo a contar aquí frente a las cámaras que todo este tiempo, ¡él se la pegaba conmigo! Y si entro en detalles de lo que hacíamos, pues el Tobías...

Presentador: Obdulia, esas cosas se guardan en familia. ¿A quién le puede importar? ¿Porqué crees que es un punto a tu favor que lo airees aquí? No le interesa a nadie salvo a las partes afectadas, y además quedas como una verdulera bocazas viniendo aquí a que el público se refocile en el morbo. Lo que crees que interesa en realidad sólo entretiene, hasta que aparezca otra persona con otra historia aún peor, no te engañes. La gente sólo te escucharía porque así creen que sus miserables vidas podrían haber sido como la tuya y así se consuelan. La verdad es que NO queremos saberlo y NO nos interesa, sólo tepones en evidencia viniendo aquí a humillar a un pariente tuyo, así que te vas a casa y se lo cuentas a la interesada, que por supuesto no está aquí porque somos gente seria. ¡Un poco de dignidad, Obdulia! ¡Aún puedes quedar como una señora! ¡Fuera del plató!
(Aplausos del público)

Uno pensaría que un programa así nunca funcionaría porque no hay masocas suficientes que se animen a que les traten así, pero es un error: la gente mata por salir ante una cámara aunque sea para mal, y de ello hay pruebas sobradas en cualquier cadena. Si encima cobran o se les paga el billete a la ciudad donde esté el plató habrá tortas. El lema de nuestra tele, que la gente ha hecho suyo, ya lo acuñó Oscar Wilde: "sólo hay algo peor a que se hable de uno, y es que no se hable de uno", o dicho de otra manera, no existe la mala publicidad.

miércoles, 14 de enero de 2009

LA ESCALA TAYLOR

No sé si alguien se ha dedicado ya a crear una escala para las canciones midiendo su adaptabilidad y resistencia a ser versionadas, pero si no existe están tardando. Hay escalas para medirlo todo, desde radiación a terremotos, ¿porqué no una para medir la resistencia y calidad de una canción a ser destrozada por supuestos "homenajes"? ¿qué hemos hecho para merecer que la falta de originalidad provoque estos continuos ataques al talento ajeno?

Hoy se propone aquí la escala Taylor, aplicable a cualquier canción, según la cual el grado 1 es lo más facilón (casi cualquier canción puede tener un grado 1 y seguir gustándote) al grado 10 (canciones tan buenas que hace falta un profesional de la destrucción musical para que llegues a odiarlas, incluso la original).


La idea me vino hace poco oyendo un anuncio en la radio: James Taylor ha sacado nuevo disco, lo de nuevo entre comillas, porque se trata de reversionar por enésima vez canciones que no necesitaban a James Taylor para nada. Otra profesional de salvajadas de este tipo es Céline Dion, que no respeta animales, plantas ni personas a la hora de hacer sus tristemente famosos "covers".
En fin, a lo que iba: el Taylor se saca de la manga un disco y en él perpetra con saña y alevosía una versión de la obra maestra de Leonard Cohen, Suzanne. En la cuña de la radio sólo ponen unos segundos pero es suficiente para que la voz caprina del maldito Taylor me haya puesto los pelos como escarpias y además haya logrado que le coja miedo a la canción. Comentando el tema con otro fan de Cohen-odiador de Taylor se nos ocurrió la Escala Taylor de resistencia musical, que iría como sigue:

Grado 1. Ocarina. Prácticamente cualquier canción puede ser reinterpretada a la ocarina, como sabe cualquiera que se suba a un ascensor o sufra el hilo musical de espera de una centralita telefónica. El sumo sacerdote de este grado 1 es por supuesto Kenny G, del que tengo la teoría aún por confirmar de que es la misma persona que Michael Bolton.

Grado 2. Merengue/Flamenquito. Ahora ha amainado el temporal, pero hubo una época en la que no podías salir a la calle (en Canarias al menos) sin escuchar una versión merengue de tu canción pop favorita, fuese la que fuese; esta década en cambio promete ser la del flamenquito. Muchos años atrás ya podíamos ver el poder latente del tirititrán con cosas como ésta. Un tal Pitingo ha llevado este grado tan lejos que se ha atrevido hasta con las Divas del Soul.

Grado 3. Flauta andina. Al igual que con la ocarina, cualquier canción salvo unas pocas excepciones se puede adaptar a flauta andina. El que no se lo crea no tiene más que darse una vuelta por las calles peatonales de Madrid o Barcelona.

Grado 4. Música clásica. Como el infame Luis Cobos y otros antes que él demostraron, una orquesta clásica puede, e incluso se siente obligada, a acometer de vez en cuando al pobre y maltrecho pop/rock sin que éste pueda defenderse. El Cobos es capaz, con su infinita maldad, de coger un famoso tema silbado militar y convertirlo en algo para escuchar en un auditorio con cara muy seria.

Grado 5. Boyband/diva pop. Si ya te versiona una boyband, estás mal, muy mal. Recuerdo con escalofríos la versión de We Will Rock You que prepetró una de estas formaciones de destrucción masiva (¿Blue? ¿New Kids? ¡No! ¡Five!), o el Satisfaction de... ¡¡¡Britney Spears!!! La prueba de la calidad de los Rolling y de los Beatles es que sólo podrían con ellos los ejecutores del Grado 10.

Grado 6. Chillout. Aquí ya hablamos de palabras mayores. Hace un año nos invadió el dichoso chilaut y hasta ahora hemos visto cóm
o abusaban de todo lo que nos era querido. Ved lo que han hecho con Summertime.

Grado 7. Rod Stewart. Se podía haber limitado a cantar sus entrañables horteradas, pero no: descubrió su vena crooner y ahora escoge sus víctimas entre lo más selecto del repertorio de Sinatra, Martin, Armstrong y los demás, que desde el más allá ya no pueden defenderse. Este puesto lo comparte el bueno de Rod ex-aequo con Michael Bublé (al que se le oyó decir "mira lo que he hecho con la cochina de Nina Simone" antes de que le empezara a girar la cabeza).

Grado 8. Rapero de estribillo. Da igual lo redonda que sea la canción, si la coge un remezclador y le mete en los estribillos a un rapero viejagloria pueden hacerte odiar casi cualquier cosa, sobre todo por la horrible sensación de que no hacía ninguna falta. Hoy en día no eres nadie en lo musical si no pulveriza tu estribillo un rapero.

Grado 9. Opera, Pópera y Pseudópera. Aquí ya entramos en el equivalente musical de un ataque con armas nucleares: desde Il Divo a Plácido Domingo, pasando por la recién llegada (a la pópera) Ainhoa Arteta, parece que tu carrera musical no está completa si no versionas con mucho grito y aspaviento un musical o un tema de pop (español aún mejor, pero si te atreves con los dioses de la guitarra tiene más mérito). Si tu canción favorita es pillada con la guardia baja por un tenor o una soprano, nunca la volverás a escuchar con los mismos oídos.

Grado 10. James Taylor. Se trata ya de un caso irreversible. Nada puede devolver la frescura y lozanía a una canción una vez ha pasado por la garganta temblorosa de James Taylor. Sólo lo más sagrado puede pasar esta prueba, y esto es sólo en teoría porque aún está por ver qué sería capaz de hacer el señor Taylor con (por ejemplo) un tema de Hendrix.

Fuera de escala o Defcon50: Céline Dion. Que esta Atila del gorgorito siga en activo no tiene justificación. Roy Orbison aún se revuelve en su tumba oyendo la masacre que Céline hizo con su I Drove All Night.

Nota: no se confundan, estoy totalmente a favor de las versiones, de hecho en muchos casos prefiero una versión al original, pero sólo si la versión aporta algo nuevo o mejora lo versionado, porque hay casos que claman al cielo. Otro día hago una escala positiva con los grados de mejora de una canción (pero me río más con la escala Taylor).
Por supuesto espero que quienes lean esto sugieran los peores crímenes contra el tímpano que puedan recordar. Podemos hacer un top 10 de Versiones que Nunca Debieron Haberse Consentido (y otro día... ¡Remakes de cine!)

martes, 13 de enero de 2009

TENGO UN PODER

Hace tiempo que lo sospechaba, pero hoy lo he confirmado: tengo un poder. O un don. A veces me alegro de tenerlo y otras veces me arrepiento, pero es lo que hay y tendré que vivir con ello. Mi don es el siguiente: sin esfuerzo alguno por mi parte, gente a la que acabo de conocer se ve obligada a contarme detalles íntimos de su vida a los dos minutos de entablar conversación (y esta conversación suele ser de los temas más tópicos, pero acaba derivando a confesiones privadas en pocos segundos). Esto me pasa cada vez con más frecuencia, y no recuerdo haber recibido ninguna picadura de animal radiactivo, ni exposición a minerales extraterrestres, pero es la única explicación que se me ocurre para que en una semana al menos cuatro personas me hayan detallado escabrosos detalles de sus profesiones, sus parejas o familiares o de sus viajes, sin mediar preguntas específicas, ni provocación, ni nada.

Hoy mismo, un tipo al que conozco porque es el guardia de seguridad a la entrada de un edificio público al que voy a menudo por trabajo, me ha estado contando que en un viaje que hizo con un grupo de aficionados al deporte acabó en un chalet lleno de señoritas eslavas de nada dudosa profesión. Le tuve que interrumpir cuando empezó a detallar las tarifas. Juro que sólo le pregunté qué tal las fiestas de Navidad, y de ahí en adelante habló él. Sé que entre hombres este tipo de chorradas se dan más, pero siendo yo mujer me resulta chocante e inesperado, y si le hubiese animado un mínimo me cuenta hasta el color de las sábanas, el tío.

Hace unos cuatro días otro tío me cuenta las broncas que tiene con su mujer (y socia en la empresa) por los despilfarros monetarios de ella frente a la prudencia económica de él, incluyendo el precio de sus últimas compras de ropa.

El otro día fui a dejar una factura a otra empresa y la secretaria, a la que nunca había visto antes, me narró el traumático parto de su hermana desde que rompió aguas hasta que al marido le aplicaron sedantes (ocurrió lo peor), una de las historias más tristes que he oído.

Por favor, me gustaría saber si esto le pasa a todo el mundo o sólo a mí, que nunca cuento nada y menos con detalles que creo que no deben salir de casa. Tengo la sensación de que se me nota en la cara la sorpresa de estar escuchando algo que no debería saber, cuando me veo en estas situaciones. Lo de que tengo poderes se perfila como la explicación más sencilla. De verdad que no hago nada por producir esta conducta.

La otra explicación posible es que la gente es cada vez más bocazas y exhibicionista. Pero me cuesta creer que tanta gente esté frita por contar los detalles de sus historias a la primera persona que les da los buenos días (soy de las pobres ingenuas que aún siente vergüenza ajena cuando ve a la gente en la tele contando su vida, y que no quiere ser famosa saiendo en Gran Hermano).

domingo, 11 de enero de 2009

ENVIDIA, ENVIDIA COCHINA

Debería hacer un top 5 de vídeos de gente bailando que me ponen de buen humor (con una gran dosis de feroz envidia añadida). El otro día ponía por aquí una especie de duelo de baile en el cual la canción era lo de menos viendo contorsionarse a los dos chicos que lo protagonizan. Otro de los que me producen esa sensación de alegría es éste, un remix sobre una canción de Elvis en el que sale gente bailando de muy diferentes maneras. Mi favorito es el mod que hace una especie de pase mágico con los pies, no sé cómo (repito que soy un ser humano con dos pies izquierdos y nula coordinación para el baile). Y sí, también me gusta ver a Fred y Ginger (o Fred y Cyd), aunque mi número favorito de musical es de Siete Novias para Siete Hermanos, casi seguro (tendré que ponerme a pensar y quizá recuerde otro).

jueves, 8 de enero de 2009

SLANG

Por si acaso, slang = argot o jerga

Muchas veces se usa a un nivel tan alto que aunque creas conocer el idioma en cuestión (o incluso sea TU idioma), el desconocer la jerga hace que no cojas ni torta de lo que el cantante, escritor o interlocutor te quiere decir. Con los vídeos de reguetón y demás ruido ni me molesto, pero a veces una oye cosas que parecen más interesantes, y se escapa la mitad de lo que significa. Por ejemplo, con las canciones de Eminem, Kanye West o The White Stripes hay veces que no tengo ni la más remota idea de qué están diciendo a pesar de apañarme en inglés sin jerga. Para esto, es muy útil tener a mano una página como Slangcity con "traducciones" del dichoso slang. Hay muchas páginas por el estilo, pero me gusta mucho ésta porque es casi artesanal, la lleva una sola persona que es bastante rigurosa y va añadiendo cosas cuando tiene un rato, casi como un blog. Cada mes o así me meto a ver si ha actualizado el tema, incluyendo las pintadas y expresiones que va pillando por ahí. Recomendable y entretenida.

lunes, 5 de enero de 2009

NOS LO TEMÍAMOS

"La vida no es como nos creíamos, sino como nos temíamos"

Esta frase me llamó mucho la atención, más cuando resulta que te la encuentras por sorpresa en un artículo sobre tendencias decorativas en El País. No ha habido manera de encontrar de quién es, pero la pongo igualmente.

Como curiosidad, cuando la busqué en google (¿ya está admitido googlear como verbo?) me encontré con todo tipo de cosas que al parecer todos temíamos. Vale la pena probar, metes en Google "como nos temíamos", "lo que temíamos" y "como temíamos" y aparecen motivos de temor tan diferentes como:

- la contaminación del agua en Zorritos
- ETA vuelve a atentar (la que más corresponde a la realidad, seguro)
- un remake de Wayne's World
- casarse engorda y está demostrado
- Britney recupera la custodia de sus hijos
- se toman decisiones erróneas en la Sub23 (sea lo que sea eso)
- solapación (sic) de Leonard Cohen y Death Cab For Cutie en el FIB (me imagino la cara de, por ejemplo, mi abuela, si le leyese esta frase y le preguntase de qué cree que habla)
- alguien es alérgico al huevo.

LIBROS 2008: 3er CUATRIMESTRE

Para cerrar el 2008, aquí va la última anotación de libros leídos, los del tercer cuatrimestre. De verdad, de verdad que trataré de apuntar lo que me ha parecido cada uno de los 44 libros que han caído este año.

32. How to be good (Cómo ser buenos), de Nick Hornby (R)
33. Do androids dream of electric sheep? (¿Sueñan los andoides con ovejas electricas?), de Philip K. Dick (R)
34. El club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte (R)
35. Aquella mitad de mi tiempo, de Javier Marías
36. Amsterdam, de Ian McEwan
37. Pégate un tiro para sobrevivir, de Chuck Klosterman
38. The Godfather (El Padrino), de Mario Puzo (R)
39. 13,99 €, de Frédéric Beigbeder (R)
40. The Jeeves Omnibus, Vol. I, de P.G. Wodehouse (parcialmente R)
41-44. El Capitán Alatriste: libros 1 al 4, de Arturo Pérez-Reverte
42. Nouvelles sous ecstasy (Historias en éxtasis), de Frédéric Beigbeder
43. La Reina del Sur, de Arturo Pérez-Reverte
44. El desarrollo emocional de tu hijo, de Roser Pérez-Simó

Pues hasta aquí los que he recordado apuntar, y esta vez ni siquiera están en orden. Espero este año aumentar la variedad de autores :-)
Y como siempre, se admiten sugerencias.

Los dos anteriores cuatrimestres, aquí y aquí.

QUÉ GENTE

Para todos los que como yo, tenemos dos pies izquierdos y nula coordinación para el baile, los vídeos musicales que incluyen gente bailando como dios son hipnóticos. Me da igual la canción. Puedo estar horas viendo a estos seres poniendo en práctica con aparente facilidad lo que para mí es un don extraterrestre (o divino si uno es creyente). Hay unos cuantos más por ahí, pero el último que me ha llamado la atención es éste de Axwell (ni idea de quién es) con dos chicos que evidentemente serán campeones de lo suyo, se llame como se llame. Me pone de buen humor.Enlace

EL INFIERNO EXISTE...

...Y se llama "Víspera de Reyes en el Corte Inglés". Yo he pasado de acercarme siquiera, pero gente aún aterrada me habla de una hora de cola para el empaquetado, tickets de aparcamiento que vencen dos veces antes de que tu coche haya tenido tiempo a salir, y reservas desaparecidas. Creo que no cabe una aguja en el de aquí, supongo que en el resto del país será igual. Masoquistas, digo yo.

sábado, 3 de enero de 2009

FLIPO Y ALUCINO CON JUAN FRANCISCO CASAS


De lo que aparece de cuando en cuando en revistas y exposiciones de arte moderno la mayoría me resbala o me da tres patadas, pero de vez en cuando aparece gente con ideas y con técnica (combinación cada vez más escasa) como Juan Francisco Casas. Este chico (o señor, que hay un respeto) se dedica a dibujar en plan hiperrealista instantáneas tomadas en fiestas, pero en papel de formato enorme, y siempre a bolígrafo. A mí me gusta especialmente porque además me recuerda a un compañero de facultad que dibujaba también a boli (con bics normales, corrientes y molientes), con una técnica increíble.

Meterse a opinar sobre el arte moderno puede llevar siglos de debate y no es plan, pero en general creo que la cosa está más bien mal -aunque por otra parte siempre ha habido más mediocres que genios, es sólo que la Historia los olvida-. Por ejemplo, en la última exposición que visité hace un par de semanas, la mayoría de cuadros habían sido claramente realizados vía fotochop y posteriormente impresos en reprografía, o transferidos, para si acaso añadir alguna pincelada y colarlo como cuadros en vez de pósters, con el precio correspondiente, claro. Los supuestos artistas que perpetran este timo se atreven a llamarlo "técnica mixta digital" y cosas así. A ver si me explico, no me parece mal recurrir a atajos, pero que encima pretendas pasarlo por una técnica propia y manual cuando lo único manual que has hecho ha sido mover el ratón, me parece propio de jetas que encima se creen que los demás somos idiotas. Es esperanzador ver que alguien aún recurre al triángulo imaginario que decía Leonardo, el que une mente, mano y ojo, y es capaz de tirarse horas y horas haciendo lo que los aficionados al CAD hacen con un efecto casposo en segundos.
Cada vez quedan menos dibujantes como ellos y me alegro de que Casas esté siendo cada vez más conocido. Los admiro muchísimo y a la larga creo que el tiempo los pondrá en su lugar.

Y antes de que alguien me salte con ejemplos como Duchamp, Beuys o los Happenings, diré que sí, mucho concepto y todo eso, que me lo sé, pero sigo prefiriendo que haya tanto concepto como técnica y no sólo uno de los dos. Las obras conceptuales me aburren en general, y las de técnica perfecta pero nada más me dan grima. Que haya que tener algún conocimiento previo sobre la obra y su contexto (ya sea un cuadro, una peli o una novela) para apreciarlos me parece bien, pero que la explicación kilométrica sea la única forma de disfrutar de la obra me parece una pedantería. Esta idea fue necesaria en su momento, pero a la larga son obras que no te emocionan nada. Este tipo de debate lo he tenido mil veces en mil terrazas, galerías y cafeterías y nunca lleva a nungún lado. Creedme, lo sé. Se acaban formando siempre dos bandos, técnica contra concepto, se repiten los topicazos, y a la larga, como me dijo una vez b*, alguien acaba citando a los nazis (b*, si pasas por aquí y lees esto, por favor vuelve a decirme el nombre de la ley aquella, por favor).

FLORES MUERTAS

Por trabajo me ha tocado ir hasta a cementerios y tanatorios. En mi ciudad hay un tanatorio junto al cementerio, y a la entrada al primero vi esta imagen, tan deprimente de por sí que no hay mucho que comentar. Definitivamente, cuando muera quiero que me incineren, y si hay flores, que las quemen también. No se me ocurre nada más triste que ver una corona con frase de condolencia incluida metida torpemente en un contenedor de plasticazo. Bueno, sí: quizá sea aún más triste un nicho con flores de plástico. Pero claro, esto es totalmente personal.

Postdata de contraste: por otra parte, cada vez que veo una estela funeraria de éstas en color morado nazareno, recuerdo a un compañero de instituto que, para ser admitido en una "Fiesta de Magos" (fiestas de mayo en las que hay que vestirse de campesino canario, o "mago"), solucionó su falta de fajín rojo anudándose la estela de su abuela, que su madre aún conservaba en el armario. Así que cuando veo coronas funerarias automáticamente me acuerdo de Alberto y su fajín de "Siempre te recordaremos" y me río por dentro.

FOTOS

Cuando salieron los móviles con cámara, pensé que menuda chorrada que añadir a un cacharro que me es antipatiquísimo y que desde luego a mí no me hacía falta aquello. Desde los 12 años he ido cargando cámaras de todo tipo a todas partes -y sus complementos-, con terroríficas consecuencias para mi espalda, por cierto.

Mi cámara actual es una nikon réflex digital, aunque hasta hace poco también usaba una Polaroid y una Lomo, pero las he abandonado por puro sentido práctico. Soy la primera a la que le encanta todo el proceso artesanal fotográfico y he hecho hasta estenopeicas (caja de cartón + agujero + papel fotográfico), y casi lloro cuando tuve que vender mi ampliadora, pero hay que rendirse ante la evidencia, no hay nada más cómodo que una cámara digital a la hora de revelar y clasificar, y desde que las réflex son asequibles, para mí no hay vuelta atrás, y lo digo sin nostalgia.

Para mí los fotógrafos -al menos los aficionados- se dividen básicamente en dos, los que creen que el tema, la composición y la luz lo son todo, y los que le dan más importancia al modelo de la cámara que usan y a la pasta que se gastan en el equipo. Yo me considero del primer grupo. Si la composición es buena y la luz también, o el tema es interesante, ¿a quién le importa que la cámara sea una u otra? Es como la gente que cree que por usar óleos Van Gogh al triple del precio de los otros, van a pintar mejores cuadros. En fin, podría seguir horas, pero a lo que iba.

Mi móvil tiene cámara. No lo pedí, pero ya son todos así, qué le vamos a hacer. Y hay que reconocer que útil es un rato. Además me ahorro cargar más de medio kilo de cámara réflex a sumar a todo lo que ya llevo al hombro a diario. Y de vez en cuando, durante el trabajo, veo imágenes que me llaman la atención, y que puedo congelar hasta con la mierda de móvil, que ni permite enfoque ni ajustes ni nada. Pero al menos me quedo con el tema o la idea, que a veces es lo más importante de la foto.

Tengo muchísimas fotos sacadas con el móvil y ordenadas por temas: desde cosas que me han llamado la atención por horteras, a carteles espantosos o ingeniosos, paisajes, ideas de muebles, libros de escaparates para recordar más tarde, etc. Pero mi serie favorita son las fotos de cosas que me han producido una gran sensación de tristeza o alegría. Trataré de ir colgándolas por aquí. Empiezo hoy con una azotea industrial en la que tengo que aparcar de vez en cuando, y en la que hace siglos alguien ha dejado un coche tirado que parece que está mirando el paisaje. Es una de las zonas más feas de mi ciudad, pero a la vez tiene una vista a lo lejos espectacular, con el mar y Gran Canaria al fondo perfectamente visible en los días claros. Es como una mezcla de fealdad y belleza muy urbano, y que para mí refleja muy bien la falta de cuidado por la estética que caracteriza . En fin, no me quiero poner en plan profundo, es simplemente una de esas fotos que me han hecho detenerme de camino a un trabajo, para mirar el encuadre y sacar el móvil.

jueves, 1 de enero de 2009

PROPÓSITOS


Este es el primer año que me planteo lo de los propósitos de año nuevo, porque por algún extraño motivo aún mantengo la mentalidad estudiantil según la cual el año empieza en septiembre. Pero ha sido un año más bien malo, y sí tengo esa sensación de arranque y de dejar atrás un ciclo, con lo que este primer día del año tengo un par de propósitos claros. Uno de ellos es escribir con más frecuencia en este blog (lo cual es fácil ya que entre esta entrada y la anterior han transcurrido 4 meses).

Como recordatorio he elegido esta foto, sacada hace unas semanas en el Puerto de la Cruz (sí: desde el coche. Lo sé, lo sé, está mal, pero como es en una finca que da a la autopista no hay manera de sacar la foto mejor a menos que no seas el copiloto).

Para el que pueda caer por aquí y no viva en Tenerife, diré que se trata de un panel antiguo de anuncios, que desde hace un tiempo alguien utiliza para poner frases, lemas, proclamas o como lo quieran llamar. Nadie sabe quién es el autor (podríamos decir que es e Bansky tinerfeño, salvando las distancias (como la que hay de aquí a Londres, ejem). Las frases son algunas veces mejores que otras. El día que vi la frase de la foto
era un día particularmente malo y la frase me llamó más la atención que otras veces. De hecho estuve un buen rato pensando sobre este tema, pero ésta es otra historia y será contada en otra ocasión...

En fin, arrancamos el 2009. A ver qué tal.