jueves, 10 de abril de 2008

EL SUR NUBLADO

Hoy he ido al sur a trabajar toda la mañana. El día estaba muy plomizo, por lo que se ve la tormenta que habían previsto para el fin de semana pasado ha llegado, aunque con un poco de retraso. No hay nada más deprimente que estar en el sur en un día gris; es suficiente para deprimir a cualquiera. La mayoría de días del año esta zona de Tenerife está siempre soleada, y esto hace que la gente se dirija de muy buen humor a la playa. El sol deslumbrante, casi cegador, hace que la horrenda autopista y sus espantosos pueblos colindantes parezcan menos feos; hasta San Isidro -el pueblo más feo de la isla sin duda alguna- tiene un pase cuando brilla el sol. Pero cuando se nubla, la sensación dominante de humedad, bochorno y estar rodeado de fealdad es abrumadora. En un día de sol, caminarse Las Américas cargando catálogos es bochornoso, pero uno siempre tiene la sensación de estar parcialmente de vacaciones y de que el día es largo. Aun así, yo no puedo evitar fijarme en lo más feo del lugar, es casi inevitable ya que Las Américas, sobre todo la parte más antigua, es feo, feo de narices; pero en días como hoy solo se puede pensar que esto va a peor, cuesta abajo y sin frenos; todo está lleno de casas sin acabar, con los bloques de hormigón al aire, jardines pelados y despilfarro decorativo hortera (véase balaustradas de escayola), hay muchísima suciedad (papeles, colillas, carteles, vasos dejados en los muretes por gente que se los llevó del bar el día anterior), la gente es antipática y los coches reflejan claramente que la sociedad actual tiende al feísmo atroz. Para muestra, esta foto desde el coche en una autopista monótona.

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