jueves, 10 de julio de 2008

EPIDEMIA DE TRISTEZA

Me encanta Joaquín Sabina. Su música ha estado conmigo desde que tengo uso de razón y en muchas ocasiones relaciono una situación con sus letras, como me imagino que le pasa a mucha gente para la cual la música es un elemento imprescindible en sus vidas, que llevan la banda sonora puesta de serie.

En general escucho sobre todo pop y rock anglosajón y no tengo demasiados discos de artistas españoles, y de los actuales menos aún. Incluso aborrezco con pasión a varios de ellos que ahora están hasta en la sopa: el Canto del Loco, Pereza (me crece la mano sólo de pensar en ellos), Alejandro Sanz, en fin. Pero este hombre está en una categoría aparte, y por lo que sé se le ama o se le odia, no hay término medio. A mí como persona me parece bastante coherente y respetable, pero no comulgo con todo lo que dice; y por supuesto no creo que todo lo que haga sea perfecto; pero es posiblemente el mejor letrista nacional, y los que dicen odiarlo tanto deberían pararse a leer las letras de sus canciones. Yo creo que ha escrito cosas que no tienen nada que envidiar a Dylan.

Sus vídeos han sido una porquería casi sin excepción. Físicamente, poco puede decirse de él que sea halagador, incluso recuerdo una foto del País Semanal en la que salía desnudo y curiosamente era muy desagradable no por esto sino porque sus uñas de los pies eran repulsivas. Su voz es un desastre la mayoría del tiempo. Desde luego no pasaría un casting de Operación Triunfo (lo que demuestra lo absurdo de programas que se definen "de talentos" y primarían a Bisbal por delante de un genio como Don Joaquín). Pero ahí tenemos su música, y los que encima hemos podido oírlo en directo sabemos que es más que suficiente.

Mis cinco favoritas de Sabina son las siguientes:

1. Y sin embargo. Cuanto mayor me hago mejor la entiendo. Perfecta hasta el último renglón, que se escucha completo en concierto y difuso en el disco original.

2. Ruido. Ruptura pura y dura. Quizá la más triste de todas las que ha escrito.

3. Princesa. Hace unos años la eligieron en no sé qué radio como la mejor canción pop española de todos los tiempos, aunque esto no es mucho decir dado que en el mismo ranking salían mis archienemigos Carlos Goñi y Loquillo.

4. Pacto entre caballeros. Inevitable para mí relacionarla con mi amiga Mónica, una noche de concierto de septiembre y la vida de estudiante. Qué tiempos aquellos...

5. Calle Melancolía. Mi madre me la explicó cuando yo tenía ocho años y me sigue conmoviendo veinticinco años más tarde tras innumerables escuchas.

No digo que sean las mejores. Son las que más cosas me transmiten y las que menos me cansan.

De todas ellas creo que si tuviese que quedarme sólo con un par de líneas serían éstas, de
Ruido:

Descubrieron que los besos no sabían a nada
Hubo una epidemia de tristeza en la ciudad

...No se puede describir una ruptura, su causa y su efecto con menos palabras.

1 comentario:

Toni Rajo dijo...

En mi casa no hay nada prohibido, pero no vayas a enamorarte...

Me encanta encontrarme con gente que le guste el flaco tanto como a mí.

Un abrazo fenster!