domingo, 22 de julio de 2007

TODOS LOCOS

Esta es mi opinión, y yo la comparto
Hernández (o Fernández)

Como todo el mundo habrá oído estos días, ha habido una polémica en Reino Unido por el clásico Tintín en el Congo. Se ha decidido relegarlo a la zona de cómics “para adultos” (no sin antes pasar por la censura por unas escenas de crueldad con animales), porque tiene una visión racista del Congo, etc. Por otra parte, como también ha oído todo el mundo, el juez del Olmo ha ordenado secuestrar, sí, SECUESTRAR, la revista El Jueves por la portada del principito y su señora. Que si atenta al honor, que si es zafia, que si tal y cual. Como siempre, predije que la gente se iba a indignar en ambos casos, en el primero por lo ridículo de los “cargos” contra el pobre y difunto Hergé, y en la segunda porque se trata claramente de censura, así con todas las letras, esa que criticamos tanto de las dictaduras. Y como siempre, me equivoqué. No sólo he leído antiguas declaraciones de Hergé disculpándose por los errores de su primer Tintín, sino que en el segundo toda la prensa española se ha puesto de parte del juez, para mi sorpresa e indignación.

En el caso de Tintín nos hallamos una vez más ante uno de los mayores males de nuestros días, Su Majestad Lo Políticamente Correcto, que ha hecho que el mayor temor de cualquier figura pública sea el ser tachado de intolerante. Puedes robar al ciudadano, estafar a tus votantes, vivir del cuento o tirarte todo lo que se mueve y contarlo luego ante la Patiño, pero eso sí, no vayas a atreverte a parecer “intolerante” porque eso sí que no, hasta ahí podríamos llegar. De paso, entretendrás a tu público con chorradas que mañana se habrán olvidado y así desvías la atención de que la gente en general está hasta las mismísimas de todo, las hipotecas por las nubes, Europa convirtiéndose en Eurabia como vaticinó Oriana Fallaci, y la clase trabajadora de entre 25 y 50 años cada día esté más tensa. Si miráis los supuestos temas candentes del momento, de cualquier momento, veréis que todo son majaderías para evitar reconocer que el patio está muy, muy sucio. En cuanto a lo del Jueves, me parece aún más grave que lo de Tintín. Nos pasamos el día burlándonos de la ingenuidad de los yanquis con su supuesta libertad de expresión y fardando de democracia postdictadura, y resulta que seguimos rindiendo pleitesía a una institución que realmente (nunca mejor dicho) no tiene mucha razón de ser. Y aunque se respete a esta institución, nunca se debería permitir situaciones como la actual, que es una farsa como la copa de un pino: la casa real diciendo que no ha tenido nada que ver, los periodistas más curtidos diciendo que apoyan la libertad de expresión pero que el honor es el honor (hoy en día esta palabra tan bonita de nuestro idioma se ha convertido en arcaica, o da risa, sobre todo cuando la usan el Lecquio y sus semejantes), y el dibujante aún recuperándose de la sorpresa viendo que le pueden caer dos años de cárcel. Esto nos trae a todos a la memoria varios casos de criminales de los de verdad que andan por ahí de rositas, que cada cual rellene la línea de puntos. En fin, que no quiero ser agorera, pero estas dos noticias son mucho más significativas de lo que parece.

Cuando la semana que viene se haya pasado a otra cosa mariposa, se nos olvidará y estaremos hablando de la chorrada de turno del alcalde, de la prole de la famosa del momento o de algún deporte y el glorioso papel de España en el mismo. Pero pienso que este es el principio de un proceso de censura pura y dura en la que acabaremos como los borregos que ya casi somos, viendo lo que quieran que veamos y lo que es peor, alegrándonos de que papá Gobierno nos evite la molestia de pensar por nosotros mismos qué está bien y qué no, qué es una coña marinera y qué es un atentado contra el honor.

No hay comentarios: