viernes, 18 de julio de 2008

CALLA, INSENSATO

Llevo una temporada bastante irritable, en gran parte por el horrible calor que tenemos que sufrir los que trabajamos fuera de las oficinas. Y me he dado cuenta hace poco de que oír ciertas frases muy concretas y muy frecuentes me agrava ese mal humor.
Este es mi Top 5 de frases odiosas, que creo que deberían contar como atenuante, en caso de que me decida un día a asesinar al que las pronuncia:

1. "Pero al menos son de aquí". Esta frase tan irritante lo oigo cada dos por tres, invariablemente referido a Canarias, claro. Supongo que los de otras comunidades con nacionalismos la sufrirán igual. Ante cualquier crítica o comentario a algo local que no funciona como debería, siempre hay algún chauvinista que sale con la manida frase, como si eso lo excusase todo. Pues no señor, es doblemente malo que encima sean "de aquí", si
tan orgulloso estás de donde vives. Actitudes como ésta son las que criticamos cuando las vemos en los médicos y su famoso corporativismo; véase la famosa frase "es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", supuestamente dicho por Roosvelt sobre Somoza y sus barrabasadas.
Los que vivan en Canarias la reconocerán como variante del "porque somos de aquí", el eslogan favorito de los nacionalistas e infalible año tras año en todas las elecciones. Para mí la frase es exactamente lo contrario de lo que pretende: un argumento para votar a cualquier otro. Si lo mejor que puedes decir de tu partido es que es de aquí...

2. "Este es un país libre". Absurda y paleta expresión copiada de las pelis yanquis (donde también nos encontramos con "soy americano y pago mis impuestos"). Lo que me molesta es que cada vez la oigo más en situaciones relacionadas con hacer el cafre: carreras de quads por la ciudad, tíos descamisados por las plazas, tirar cosas al suelo, dar gritos, poner la música del coche a toda leche. Hace un par de años, los hijos de un vecino tiraban petardos a las tres de la tarde de un domingo por una ventana de mi edificio. Estuvieron media hora en que la munición no se agotaba y al final, viendo que tenían para rato, me decidí a acercarme a pedirles un poco de paz; pero la madre, muy dispuesta a defender a los dos bombarderos, me soltó lo del país libre. Me dieron ganas de contestarle que entonces yo era libre de darles libremente dos libres collejas a cada uno de sus hijos libres, pero me contuve. A ver cómo le explicas a alguien así que aunque éste sea un país libre, la libertad no significa hacer lo que a uno se le antoja en cada momento, que es lo que los niñatos de la ESO (y algunas de sus madres) parecen creer. Tu libertad acaba donde empieza la mía y viceversa. Este concepto tan obvio y tan bonito está camino de desaparecer, para ser sustituido por el hollywoodiense "Este es un país libre".

3. "No sabes con quién estás hablando". La única respuesta posible es "pues no, no lo sabía, pero ahora sí: con un imbécil". El que suelta lo de que no sabes con quién estás hablando (o su variante peor aún de "no sabes quién soy yo") se está definiendo como idiota, sin tener que añadir más. Por desgracia, donde más la oigo es en el trabajo y de boca de algún cliente, y ya se sabe que el cliente... siempre tiene la razón. Lástima porque me quedo siempre con ganas de soltar la contestación que está pidiendo a gritos.

4. "A mí es que me encanta el arte moderno, sobre todo Van Gogh". En ocasiones oigo este tipo de frase, utilizando en vez de Van Gogh el nombre de otro artista que hace 50 años ya era un clásico también (Dalí, Picasso, etc.) pero parece que con el pobre Vincent la tienen más tomada que con otros. De gente como Van Gogh hay toneladas de libros escritos, varios museos y aparece en postales turísticas de su país como un icono; hay chocolatinas con sus cuadros y salvapantallas; está ya aceptado y totalmente reconocido como arte fuera de dudas. Ya no vale ponerlo como ejemplo de lo moderno que se es.
Hasta un tío tan rompedor como Jeff Koons está ya fuera de la categoría de arte actual, porque está más que consagrado a estas alturas. Pero por algún motivo la gente siempre pone de ejemplo de "mira qué moderno soy, que me gusta hasta esto tan radical y novedoso" a los pobres impresionistas, y alguno va más allá y te cita a Dalí. Sé que soy una snob total, pero cuando alguien me trata de demostrar su modernez citando como referencia de lo último cosas que son de hace ya un siglo, no me lo puedo tomar en serio. Curiosamente en otros campos artísticos no pasa, nadie dice "me encanta la música moderna, como Chuck Berry", o "a mí dame cine actual, como Lo que el viento se llevó".

5. "Sobre gustos no hay nada escrito". Si hay un tema que ha dado de sí para escribir, es la belleza. Hay sopotocientos ensayos sobre qué es bello, qué es feo, qué es ordinario y qué es sublime (de esto último doy fe directa porque en la Universidad me tuve que leer varios ladrillos sobre el tema: tengo pruebas reales de que sobre gustos hay mucho escrito). Aparte de libros, sólo en internet hay gigas y gigas sobre gustos y preferencias, escrito bien claro. Yo misma escribo aquí sobre mis gustos. Cuando alguien dice esta memez es porque o bien no ha leído nunca nada fuera de la programación de la tele, o bien está defendiendo algo y se le han acabado los argumentos estéticos. Yo prefiero el espantoso chiste que contaba mi hermano:

Van dos tipos por la calle y le dice uno al otro:
- Mira, ¡una piedra preciosa!
- Pero si es un adoquín.
- Pues a mí me gusta.


Es malísimo, lo sé, pero hasta el argumento "pues a mí me gusta" es mucho más lógico que decir que... sobre gustos no hay nada escrito.

Nota: posiblemente con el tiempo vaya cambiando este top5, porque no paran de salir frases odiosas cada día. Las citadas aquí son las que me repatean ahora; en el pasado hubo otras como "te das cueeeen", "lo bautizo por si acaso", "me caso por la familia", "cuando seas padre comerás huevos" o "como que los del otro partido lo harían mejor".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te noto tensa :)

Anónimo dijo...

Pues sí, pero para eso se tiene un blog, ¿no?